La escuelas para niños débiles en la Ciudad de Buenos Aires en torno a las décadas de 1910 y 1920
Resumen
Hacia mediados del siglo XIX, las identidades nacionales en gran parte de los Estados occidentales se consolidaron a través de la educación, tanto intelectual y moral como física. En este sentido se tornó fundamental que los niños, en su socialización temprana, incorporaran determinados hábitos y costumbres que los forjaran como futuros ciudadanos. La República Argentina no estuvo ajena a este fenómeno, por lo
que se acentuaron los esfuerzos estatales por ampliar la escolarización infantil, gratuita y obligatoria, en vistas a fortalecer –como lo planteaba Domingo Faustino Sarmiento– una cultura común, unificada y patriótica, en la que imperara una moral cívica. En sus orígenes, las Escuelas Normales fueron las principales encargadas de conducir este proceso de homogeneización, en la medida en que la población no era tan numerosa ni heterogénea y permitía, por lo tanto, implementar mecanismos
de “control” abarcadores.